
La alopecia, calvicie o caída del cabello es un problema que ocurre tanto en hombres como en mujeres en todo el mundo. A pesar de ser más común de lo que pensamos, sus causas y manifestaciones pueden variar ampliamente según el tipo de alopecia. Por eso vamos a hablar sobre cada uno de ellos y cómo tratarlos en este artículo.
¿Qué es la alopecia?
La alopecia es la pérdida anormal del cabello en cualquier parte del cuerpo, pero es más común en el cuero cabelludo. Esta afección puede tener más de un detonante como factores genéticos, enfermedades autoinmunes, desequilibrios hormonales, estrés o condiciones ambientales. Dependiendo de su tipo, la alopecia puede ocasionar una caída gradual o repentina del cabello y, en algunos casos, puede ser reversible.
¿Cuáles son los tipos de alopecia que existen?
Existen diferentes tipos de alopecia y cada uno tiene sus rasgos. Desde las de origen genético, hasta las que ocurren por enfermedades relacionadas, es fundamental conocer sus características para entenderlas mejor. A continuación, los tipos principales son:
Alopecia androgénica
La alopecia androgenética, también conocida como calvicie de patrón masculino o femenino, es el tipo de alopecia más común de pérdida de cabello en todo el mundo.
Esta condición ocurre debido a la dihidrotestosterona (DHT), una hormona que se deriva de la testosterona y afecta a los folículos pilosos que son genéticamente sensibles. Esto provoca un encogimiento progresivo de los folículos, que hace que se desarrollen cabellos más finos y cortos hasta que ocurra una interrupción total del crecimiento.
- Síntomas: en hombres, suele comenzar con el retroceso de la línea del cabello en las sienes y un adelgazamiento en la coronilla, lo que eventualmente lleva a la calvicie total en esas áreas. En mujeres, generalmente se manifiesta como un afinamiento difuso en la parte superior del cuero cabelludo, sin afectar significativamente la línea frontal del cabello.
- Causas: principalmente por hereditarios y hormonales. También pueden influir el estrés crónico, desequilibrios hormonales y hábitos inadecuados de cuidado capilar.
Alopecia areata
La alopecia areata afecta aproximadamente al 2% de la población en algún momento de su vida. Acá, el sistema inmunológico identifica erróneamente los folículos pilosos como una amenaza y los ataca, interrumpiendo el ciclo normal de crecimiento del cabello.
- Síntomas: pérdida repentina del cabello en parches redondos u ovalados. En algunos casos, la caída del pelo puede expandirse, y aunque la piel afectada se ve lisa, no cicatriza.
- Causas: puede desencadenarse por factores genéticos, estrés emocional, infecciones virales o enfermedades autoinmunes como el lupus.
Alopecia difusa
La alopecia difusa puede ser temporal o persistente según la causa subyacente. En ella, los folículos pilosos entran prematuramente en la fase de telógeno (reposo), lo que resulta en una caída excesiva del cabello.
- Síntomas: pérdida uniforme del cabello en todo el cuero cabelludo, con una apariencia general de menor densidad. Es más evidente al peinarse o ducharse.
- Causas: estrés físico o emocional, desajustes hormonales, deficiencias nutricionales como las de hierro o zinc, enfermedades crónicas o fármacos como los que se usan para quimioterapias o anticoagulantes.
Alopecia cicatricial
La alopecia cicatricial abarca un grupo de enfermedades que causan daño irreversible a los folículos pilosos; las células que causan inflamación destruyen los folículos pilosos y los reemplazan por tejido cicatricial, lo que impide que el cabello crezca de nuevo.
- Síntomas: zonas sin cabello con textura más lisa o diferente al resto de la piel, a veces acompañadas de picazón, dolor o inflamación visible.
- Causas: infecciones, quemaduras, enfermedades autoinmunes como el lupus o esclerodermia y trastornos inflamatorios como el liquen plano pilar.
Alopecia universal
La alopecia universal es una forma poco común de la alopecia areata y puede afectar a cualquier grupo de edad; similar a la areata, pero se diferencia en que el ataque autoinmune se extiende a todos los folículos del cuerpo.
- Síntomas: pérdida total del cabello en el cuero cabelludo y de todo el vello corporal, incluyendo cejas, pestañas, vello facial y axilas.
- Causas: enfermedades autoinmunes, antecedentes familiares y factores desencadenantes como infecciones graves o estrés intenso.
Alopecia frontal fibrosante
La alopecia frontal fibrosante se observa principalmente en mujeres posmenopáusicas, aunque también puede presentarse en hombres. Los folículos pilosos en la línea frontal del cabello y las sienes son destruidos, dejando cicatrices permanentes.
- Síntomas: pérdida progresiva del cabello en la línea de implantación frontal, a menudo acompañada de enrojecimiento, picazón y descamación. En algunos casos, también afecta las cejas.
- Causas: aunque su origen exacto no está claro, se cree que puede deberse a factores hormonales, genéticos y autoinmunes.
Efluvio telógeno
El efluvio telógeno es una forma de pérdida difusa del cabello que ocurre cuando una cantidad significativa de folículos pilosos entra en la fase de reposo de manera simultánea. Ciertos factores desencadenantes provocan que más folículos de lo normal entren en la fase telógena, resultando en una caída notable del cabello.
- Síntomas: pérdida difusa y generalizada del cabello en todo el cuero cabelludo, sin áreas específicas de calvicie.
- Causas: estrés físico o emocional, cambios hormonales, deficiencias nutricionales, enfermedades sistémicas o el uso de ciertos medicamentos.
Alopecia traumática por tracción
La alopecia traumática por tracción es el resultado de una tensión constante y prolongada sobre el cabello, generalmente debido a ciertos peinados o prácticas estéticas. La tracción repetida sobre los folículos pilosos debilita y daña el cabello, llevando a su caída.
- Síntomas: pérdida gradual del cabello en las áreas sometidas a mayor tensión, comúnmente en las sienes y la línea frontal del cuero cabelludo.
- Causas: peinados apretados como trenzas, coletas, uso de extensiones o alisados frecuentes que ejercen tensión sobre el cabello.

Tratamientos de la alopecia
Se pueden encontrar diversos tratamientos para ayudar a detener la pérdida de pelo y, en algunos casos, promover su regeneración. La elección depende del tipo y de las necesidades de cada persona:
Alopecia androgénica
- Tópicos: minoxidil, que estimula el crecimiento del cabello y mejora su grosor.
- Orales: finasteride (en hombres) y espironolactona (en mujeres) para reducir los niveles de DHT.
- Otros: terapias regenerativas e implante capilar.
Alopecia areata
- Inmunosupresores: corticoides tópicos, aplicaciones subcutáneas o inmunoterapia.
- Estimulantes de crecimiento: minoxidil en combinación con tratamientos autoinmunes.
Alopecia difusa
- Corrección de deficiencias: suplementos de vitaminas y minerales como el hierro, zinc o biotina.
- Reducción del estrés: terapias psicológicas y técnicas de manejo de estrés.
- Otros: tratamientos tópicos como minoxidil para acelerar la recuperación.
Alopecia cicatricial
- Antiinflamatorios: corticoides o medicamentos inmunosupresores para detener la inflamación.
- Otros: implante capilar.
Alopecia universal
- Inmunoterapia: fármacos como el metotrexato o inhibidores de JAK, aunque son tratamientos avanzados y en experimentación.
Alopecia frontal fibrosante
- Terapias hormonales: tratamientos para estabilizar los niveles hormonales.
- Terapias tópicas y sistémicas: uso de antinflamatorios y medicamentos que frenen el progreso de la cicatrización.
Efluvio telógeno
- Terapias tópicas: minoxidil puede estimular la fase de crecimiento en los folículos afectados.
- Suplementación: uso de vitaminas y minerales esenciales, como hierro, vitamina D y omega-3, para promover la recuperación del cabello.
- Cuidado capilar suave: evitar el uso excesivo de productos agresivos o calor en el cabello para prevenir más daño.
Alopecia traumática por tracción
- Cambio de hábitos: eliminar la causa de la tensión y evitar peinados que ejerzan fuerza excesiva sobre el cuero cabelludo.
- Estimulantes tópicos: minoxidil puede ayudar a recuperar el cabello perdido si el daño no es permanente.
- Nutrición capilar: suplementos con biotina, colágeno y zinc para fortalecer los folículos.
- Otros: terapias regenerativas e implante capilar.
La alopecia puede presentarse de diferentes formas y con diversas causas, pero conocer su origen es clave para encontrar la solución adecuada. Cada tipo requiere un diagnóstico preciso y un tratamiento personalizado.
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